
Muchas veces me han preguntado, cuál creo yo que es el secreto de triunfar en el difícil negocio de la música. Y lo que siempre respondo es: Networking. No solo en la música, en cualquier negocio. Y no es que yo sea un gurú de la industria musical, no estoy ni cerca de serlo. Lo dicen las personas más exitosas del mundo de los negocios.
Puede parecer muy obvio, y en la teoría lo es. Pero en la práctica tiene ciertas connotaciones que hacen que ampliar tú círculo social o profesional no siempre sea tarea fácil.
Hagamos un análisis empezando por lo más tradicional: asistir a eventos y reuniones. Esto puede ser muy productivo, sobre todo cuando queremos hacer nuevos contactos o simplemente afianzar viejas relaciones. Hay un dicho que dice: “lo que no se exhibe no se vende”. En este sentido, cada evento es una oportunidad de hacerte visible, de aparecer en el radar de los demás; algo que resulta por demás esencial, sobre todo en los inicios de nuestra carrera cuando poca gente nos conoce.
Para los extrovertidos y amantes de las fiestas, bares o antros, esta movida les resultará de lo más fácil y entretenida. No así para los tímidos o madrugadores, ya que en muchos casos los eventos implican trasnochos y excesos que pueden resultar agotadores. Pero en la práctica la mayoría de los grandes negocios se cierra en un bar o en un restaurante, no en una oficina. Así que, si no eres amante de las fiestas, vas a tener que hacer un esfuerzo de vez en cuando. Trata de filtrar un poco y asiste solamente a aquellos eventos que consideres más interesantes o provechosos, pero sobre todo, procura no caer en excesos.
Por otro lado, están las redes sociales. No podemos pasar por alto que estas han revolucionado el mundo por completo y han abierto un abanico de oportunidades para los artistas. Nos permiten entrar en el espectro de muchísima gente, en momentos y lugares inalcanzables de forma presencial. Pero lo más útil de ellas, es el poder tener feedback y opiniones de personas que jamás tendríamos siquiera la oportunidad de conocer. Sin embargo, pueden llegar a volverse tan absorbentes, que uno termina siendo algo más parecido a un influencer, que a un cantante o músico.
Cuando digo esto, no quiere decir que no sea positivo tener una legión de seguidores en tu cuenta de Instagram. Todo lo contrario. Ellos son el sustento de tu negocio, los que van a comprar tu música y van a asistir a tus conciertos. En pocas palabras, los que van a pagar tus cuentas. La cuestión es que debemos brindar contenido de calidad para que nuestra audiencia se mantenga fiel y satisfecha, y eso en la práctica conlleva un gran esfuerzo tanto de organización como de recursos.
Aquí es cuando cobran valor las relaciones más allá de las redes. El rodearte y tener contacto directo gente que te apoye, que te ayude a crecer y mejorar como artista y como individuo. Una excelente manera de lograr esto es haciendo colaboraciones.
El proceso de colaborar implica apertura, respeto, empatía, análisis, discusión, entre muchas otras cosas. Esto además de nutrirnos como personas, nos obliga a ir más allá de nuestras opiniones y puntos de vista, haciendo que sea una experiencia enriquecedora, que en la mayoría de los casos se traduce en resultados que superan nuestras más altas expectativas, no solo materiales, también personales (grandes amistades han nacido haciendo una colaboración). Dicho en otras palabras, crecemos como artistas y como individuos.
Pero en términos de números, lo más útil de las colaboraciones, es el hecho de poder alcanzar distintas audiencias con una misma producción, lo que repercute generalmente en incrementar la cantidad de seguidores en nuestras redes.
Sea cual sea la manera que prefieras, el Networking sin duda es algo que tenemos que cosechar si queremos alcanzar el éxito. Pero debemos hacerlo siempre con honestidad y reciprocidad, teniendo en cuenta que, así como esperamos lo mejor de los demás, los demás esperan también lo mejor de nosotros.

Cristóbal «Catire’ Mancheño
Music Producer, Songwriter
& Recording Engineer